El proceso: Salir adelante

El proceso

Si crees que venís a adelgazar, cuando las cuestiones de tu vida te sobrepasan dejas tu tratamiento.

Quien se ocuparía de un tema tan trivial o superficial en los momentos en que las cosas importantes lo angustian, lo ocupan o lo demandan.

El engorde es entendido como el problema y el adelgazamiento como la solución. Pero también todo eso es entendido como secundario al momento de atender lo importante. Es entendido como estético o solamente como una adicción a la comida que mientras no te quite dedicación a tu vida, no merece atención privilegiada.

Cómo hacer para ayudarte a que te des cuenta?

Cómo hacer para que entiendas porque tenés que venir, si no estás?

Cómo hacerte entender que no es tan simple.

Vivir delgado es el cambio. Vivir delgado es lo que no podes.

Comer es tu recurso y engordar, el precio.

No venís a adelgazar, venís a cambiar el recurso.

El placer si te hace mal no es placer.

La compañía, el consuelo, la diversión o la caricia en la comida de más y cuando estás gordo, es lo que te pasa.

Cuanto más difícil es el momento, más comida hay que sobra.

El engorde es el ejemplo de un “no poder sin comida”. Es el ejemplo de una falta de fuerza, de una vida que se construye sobre un exceso que lastima el cuerpo y entristece el alma.

No venís a adelgazar, venís a poder!!!

A poder con la comida? No. Venís a poder con tu vida sin comida de más!!

Y eso, eso no será adelgazar, eso será VIVIR DELGADO.

Saliendo del problema

Cuando hablamos de sostener hablamos de esfuerzo. Es ahí donde reside la sensación de logro personal. Fuerte, propio. Fácil no es intenso. Arrancar tiene el atractivo del primer envión, un enamoramiento que no contempla el paso del tiempo.  Sostener es apreciar los motivos del inicio verdaderamente. Arrancar todo el tiempo es no llegar nunca pero, sostener a pesar de todo es hacer raíces a lo largo del camino. Es durar. Pero no de cualquier manera. Es durar sólido. Queda. A pesar de todo y gracias a seguir. Así se hace “yo”. Y puedo decir “soy” lo nuevo que conservo. A pesar de todo y, gracias a mi constancia. Tal vez sea esa la curación.

Será la negación tal vez una salida? A veces sí. Cuando el dolor es grande o no tiene solución, la negación ayuda. Será posponer una buena salida? A veces sí. Cuando no hacerlo sea impulso. Serán los valores clínicos los que describan mi estado? A veces sí, cuanto coincidan con mis valores filosóficos. Será la condescendencia una posibilidad? A veces sí, cuando lo contrario sea necedad o miedo. Seré yo el que quiero ser? A veces sí, cuando no me engaño. Será mi vida la que quiero tener? A veces sí, cuando puedo.

SI QUERÉS CONOCER LAS PREMISAS SOBRE LAS QUE NOS APOYAMOS SIEMPRE, LOS SÁBADOS A LAS 10.30, A VECES, HABLAMOS DE ELLAS.