
Tips para sortear el fin de semana largo
La voluntad para seguir un plan alimentario para bajar de peso parece ser una durante los días hábiles y otra los fines de semana y ¡ni hablar de los fines de semana largos!
El fin de semana se presenta como el momento del relax, salidas y eventos y el plan alimentario no puede quedar afuera, nos debe acompañar. Pero ¿cómo podemos hacer para evitar el desborde?
De lunes a viernes las actividades son más pautadas y el día está organizado en base a los horarios de nuestra rutina diaria, en cambio los fines de semana (y más los largos) donde estamos más libres, comenzamos a buscar espacios de placer y disfrute y, en general, los buscamos en las comidas.
Sin embargo se puede disfrutar del fin de semana y que el placer no pase solamente por un plato de comida, sino también por otras actividades, caminatas, teatro, cine, descanso.
Pero, además de la satisfacción inmediata que produce el plato de comida con arrepentimiento y culpa, después aparecen las reuniones con familiares y amigos donde el cumplimiento del plan se vuelve más difícil.
Lo primero que tenemos que hacer es organizarnos, no dejar nada librado al azar.
Entonces, si la comida es en casa, debemos servir preparaciones que estén en nuestro plan, por ejemplo verduras grilladas más bifes de pollo más ensalada de frutas o ensalada de rúcula y queso en hebras light con brochete de carne o mixto más cóctel de frutas light o ensaladas varias más 2 rollitos de jamón y queso con huevo duro o 2 rollitos de lomito y queso con huevo duro o 3 rollitos de pavita con huevo duro más peras light en lata.
Si quieren un postre, cortar manzanas en rodajas, cocerlas al horno en una asadera con 1 litro de coca cola light hasta que estén acarameladas; cortar en cuadrados y ponerles un copete de queso blanco light.
Si es en un restaurante, nos basamos en nuestra elección: agua y caldo antes de salir y no mirar la carta. Pedir primero una gaseosa light y poner la panera en la otra punta. Las preparaciones deben ser simples: verduras crudas o cocidas, carne, pollo o pescado al horno, parrilla o hervido, y cortado o café .
Si es en la casa de un amigo y tienen confianza, pregunten qué va a haber y si no lo pueden adaptar a su plan, llevan caldo, ensalada de verde, atún y huevo duro o una vianda y hacen: agua, caldo, vianda y fruta o agua, caldo, ensalada y fruta.
Aprovechar el fin de semana para hacer actividad física que es fundamental para equilibrar el balance del gasto calórico y el ingreso de calorías.
Si llegan a salirse del plan, volver a él de inmediato, es decir, en la próxima comida; por ejemplo: se salieron en el almuerzo, la merienda debe ser yogurt y fruta; si se salieron del plan en la merienda, a la noche agua-caldo-verdura-fruta o agua-caldo-vianda. No olvidar que hasta para salirse tiene que haber una medida y es siempre poco.
Recordar que si un alimento les gusta mucho es preferible no comerlo que comer poco, porque es más difícil parar que no empezar.
Cuando se está siguiendo un plan alimentario, es importante planear las 14 comidas de la semana, incluyendo así las del sábado y el domingo. Por eso, tener las compras hechas para el fin de semana es importante, tanto como la manera en que se llega al supermercado y se realiza la compra: al supermercado hay que ir sin hambre y con una lista de lo que hace falta adquirir, según lo que indique el plan que se está siguiendo, porque si se sale a comprar hambriento y sin pauta, se compra y se come de más.
En síntesis: cuando se sigue un plan alimentario, el fin de semana hay que redoblar la voluntad para respetarlo y para ayudar a la voluntad, nada mejor que poner en juego la capacidad de anticipación, organización y saber elegir, porque no se trata de privarse de todo, sino de llegar al domingo a la noche con la sensación de que no se sufrió el fin de semana, pero que tampoco se tiró por la borda todo el esfuerzo realizado en la semana.
Muy buen fin de semana